domingo, 1 de julio de 2007

Quiero decirte que te amo. Creo que definir un sentimiento es lo más difícil.
Quiero decirte que te extraño cuando te vas, al punto de alargar los días que no estas observando el reloj que se detiene cada vez que lo veo.
Creo que no debería ser así, creo que a vos no te pasaría ni te pasa lo mismo. Ya no me importa, aprendí a vivir con eso. Aprendí a conformarme con una mirada fría que debería ser acogedora, aprendí a escuchar las palabras que más dolor causan y a no juzgarlas sino a creer que son solo palabras, sin ningún significado intencional, sino consecuencia de tu falta de tacto al hablar. Aprendí a dejarte ir, a que me dejes ir, a que quieras que me vaya.
Fui infeliz mucho tiempo, pero me di cuenta mucho después de que no había manera de cambiar la realidad. Deje de tener impulsos, me convertí en lo siempre quisiste que sea. Un ser inerte, que no piensa, que no sueña, que no ama a borbotones sino de a gotas, que dice lo justo, que pretende poco y que no muere de dolor cuando se siente incomprendido. Humana, tal vez muy poco, tal vez demasiado. Pero humana al fin, no una criatura salvaje e indisciplinada que no distingue mas allá de sus instintos, que hace y después piensa. No.
Creo que mi esclavitud voluntaria no fue mas que una perdida de tiempo. Una lastima. Siempre creí que el amor no tiene límites ni barreras, ni razones, ni cordura. Creía que el amor era un sentimiento inocente, animal, intenso, absorbente, un sentimiento que se mostraba delante de una enorme e incontenible locura; que cuando el amor desaparecía, la locura terminaba de romper los corazones hasta convertirlos en cenizas, y que detrás de esa locura solo la muerte es hábil para esconderse. Siempre creí que no había nada mas fácil para la muerte que ajusticiar un corazón devastado; no habría suplicas que escuchar, ni deseos por cumplir, ni ilusiones para contradecir.
Porque el dolor hace la vida más frágil. El dolor enseña a no tener miedo a nada, pues no hay nada que perder. El dolor enloquece, la locura mata y el amor no existe.

1 comentario:

maty dijo...

hay veces que las palabras se vuelven grises al querer abarcar el verdadero significado de un sentimiento,al menos eso dijo mi psicologa pero si, vi q no funciona!