Aca estoy. Con blanco de fondo, con blanco al frente y en el blanco espero sola. Mi pecho muere por abrir. Mis manos por cerrarse.
Garganta arde presente en su dolor, respira mal, molesta, arde a carcajadas. Hay que olvidar el por qué, el por qué no existe. Existe lo que está, existe lo que se siente. Existe sentir la piel erizarse, existe cerrar los ojos y saber que nada cambia. No existe por qué.
Es esa incomodidad, esas ganas irse, de cambiar y cambiar y cambiar. De pararse, caminar, respirar hondo, abrir los brazos, ponerlos en la cintura, cruzarlos, rascarse la nariz, tocarse el cuello, acomodarse el pelo, tocarse la cara, sentarse, mirar a la derecha, sentarse de nuevo, mover los pies, caminar, acomodarse la ropa, cruzar los brazos.
Sentir cada sonido que emito, cada ruido que causo. Volviéndome alerta a cada movimiento a mi alrededor - pegándome con el dedo en la nariz-.
Cierro los ojos y siento que caigo. Los cierro un poco mas. Cae mi cabeza al piso, explota en colores mi cuerpo y abro la boca. Grito. Grito del todo.
miércoles, 23 de abril de 2008
Dedos en la boca
domingo, 20 de abril de 2008
Intervencion
Por algún motivo mis costillas acaban de estallar. Me pierdo en mi silencio y en el silencio de lo que veo. Tengo fantasmas pegándole a mis venas, tengo recuerdos de manos en mi cabeza, atravieso lunares, paredes, espejos con las uñas.
A veces llorar es gritarle a la piel otras manos, a veces es volver a la mente en contra.
(Llorar es por cierto vibrático, esférico, sinóptico, a veces cálido, patético. A veces dulce.)
No es tanto como reir.
Reir es conceptual. Reir es circunstancial a la euforia, es su punto medio, es la euforia no pasional. Reir es igual de placentero que llorar, pero es mas amigo de las personas, abundante, menos profundo.
- No se, es raro. El otro dia lo pense, pero no. No podria hacerlo.
- No se, no es tan raro para mi.
- ¿Vos lo hiciste alguna vez?
- Si
- ¿Y cómo fue?
- Raro. Fue muy raro.
La euforia es a veces desastrosa.