Volver a dormir/despertar.

Veo en mi profunda oscuridad tanta luz encarcelada.
Veo calor en mis venas bajo esa presión fiel y exhalatoria en mis costillas. Sentir el alma escapando por mi boca y refugiándose en tu piel. Nacer mil veces entre sabanas y aquella espesa fragilidad del choque bipolar.
No hay mas tiempo en mi mente, solo la sucesión de momentos eternos que me vibran al rededor. Vivo en esa soledad acompañada de recuerdos, papeles, música; envuelta en un pre-cielo transparente y llena de sombreros y mascaras antiguas. Vivo escondida en un refugio alterno, externo, sin nada y con todo guardado, con todo lejos.




Algo asi...

Manifiesto

Si me oculto desaparezco, desaparezco de mi. Pensar no sirve, no sirve hacer ni dejarse. Vale sentir el par de mis ojos estallando hacia otro lugar.
Hay en mi una guerra, hay en mi libertad desesperada, ganas de correr, ganas de ganarle al aire. Hay en mi una cárcel conceptual, reflejos antiguos de emociones hipócritas, relojes asesinos. Pájaros en distorsión, un útero desparramado.
En la piel tengo huellas, en los ojos otros ojos. Una mancha en el vestido. Cucarachas en los talones y en la cabeza un espejismo vacío.
La muerte no vale el dolor. Soy dueña de momentos, en mi se cruzan la espina y el pájaro agonizante. Alegría no es festejo. Placer no es disfrutar.
Todavía tengo las manos de ese ángel enceguecido sobre mis hombros, todavía miro hacia arriba y veo luz.
Nunca me pude clasificar: alguien/algo, linda/fea, irónica/sincera, Hesse/Wilde, viajar/transportarme, bailar/escribir, extraña/loca, pose/verdad, estilo/descarga, dejar/perder, invertir/desperdiciar, trabajo/placer, esperar/actuar.
Victimizo mi piel, organizo el festín y los miro actuar. Nada quiero que este en mi. Quiero belleza, quiero frío, quiero que La Bestia se pose en mi penar.
La enfermedad termina. La enfermedad teme. La enfermedad terminó.

No necesito decir para quien es esto...

Estas paredes están llenas de muerte. Me siento atrapada en ese aire tan vacío, en esa luz tan fría, con el alma toda rota.

Amarte, amarte es tan fácil. Lo difícil es hablar. No puedo enunciar oración sin querer besarte, aunque te odie, aunque desaparezca.
Decirte lo que necesito es lo mas difícil, no porque no lo sepa. Lo sé. Lo tengo que saber...

¿Que necesito?

Necesito ser tu reina, necesito que me cuides, que me necesites. Necesito que no te importe nada.
Si, quiero ser tu reina, quiero ser importante, ¡Quiero ser una estrella de cine!. ¡Quiero ser única, la mejor, lo mejor del mundo!. Lo único que necesitas.
Quiero que todos me miren, ser la mas linda. Ponerte celoso. Quiero que estemos todo el día juntos, que no dejemos de besarnos nunca, que no pares de decirme cuanto me amás, y tener hijos, y una casa grande con jardín. Quiero que nos vayamos de vacaciones por un año para estar solos vos y yo y no hacer nada mas que tirarnos por ahí y solamente estar juntos.

Voy a ser la mas linda, la mas interesante, ¡voy a ser Madonna, Bettie Page, Marilyn Monroe y Anna Karina y las que quieras!. Me voy a poner un vestido de fiesta negro y voy a bailar con vos toda la noche. Y me voy a maquillar como a vos te gusta y no voy a parar de besarte nunca, NUNCA, ¡¡NUNCA!!

Para nada.

Solo quiero que me ames. Quiero que me escuches y que me entiendas cuando me siento mal. Quiero que me hagas el amor mirándome a los ojos. Quiero que me abraces y me digas que me amás. Que me hagas reír y que te rías. Quiero que sientas.
Si, es verdad, quiero ser importante porque vos lo sos para mi. No quiero que me juzgues, no quiero que te precipites.

No puedo dejar de imaginarme en tus brazos. No quiero dejar que las tres agujas me apuñalen. Quiero ser libre. Estoy cansada de morir en cada intento, en cada margen. Estoy cansada de desaparecer cuando me voy. No, no me quiero ir, me quiero quedar acá. Si, estoy loca, soy una retorcida, estoy mas allá. Somos muy distintos, tenemos opiniones, gustos, ideologías, vidas, cuerpos y gargantas diferentes. ¿Que nos une?... probablemente muy poco, pero esa casi nada que nos une no nos quiere soltar aunque el silencio sea una pared. No ganamos nada juntos, perdemos mucho, al menos para vos. Tampoco nada se gana jugando a martir, aunque eso todavía no lo sabes.
Yo que tuve el placer de soportar el máximo del dolor físico. Y fue un placer porque no dolió tanto, porque no me importo, porque no me importaría que me exploten los dedos de los pies, ni tampoco que los tobillos se me destrocen de vez en cuando, porque cuando veo mi propia sangre producto de bailar hasta no sentir mi cuerpo, me doy cuenta de que estoy viva, de que soy libre de que no soy martir.