sábado, 14 de julio de 2007

Bailar para mi...




Corro, camino, me siento.

Salto, me olvido, me acuesto.

Me levanto, me miro, me retuerzo.

Avanzo, giro, me detengo.

Me arrastro, ruedo, vuelvo.

Me pliego, me contraigo, me estiro.

Me temo, me miro, me revierto.

Me entrego, me expando, me elevo.

Lanzo, veo, espero.

Me mezclo, me abrazo, me aprieto.

Me relajo, caigo, sonrío, tengo miedo.

Lloro, beso, muero.

Me busco, me asusto, me despliego.

Busco, paso, me sostengo.

Me paro, me desligo, me entiendo.

Trepo, agarro, suelto.

Subo, tomo, libero.

Me empujo, arranco, recuerdo.

Pienso, estiro, aparezco.

Amo, odio, vivo.

martes, 3 de julio de 2007

Tal vez un poco deshecha por los dias. Tal vez un poco cansada por la vitalidad de los musculos. Jamas sera la tierra mi enemiga cantando sin ver la luna en los dias tristes. Nace el mar en la hunanidad sin ver. Somos los dientes de una flor eloquecida y marchamos hacia la nada y entre los diarios, tiramos atras las avaricias y nos acostamos en una funda de sábanas torcidas a dormir. Y somos esclavos de la glandula de la mentira. Y somos huespedes de la libertad. Y en el delirio de aquellas manos que lloran por vacias bailamos tangos contra la pared. El alma de los santos que mueven nuestros pies no nos piden mas que un segundo de inmortalidad para ser frios. No somos nada.

lunes, 2 de julio de 2007

Querido J:

Creo que nunca supiste lo que siempre quise hacerte saber. No soy el amor de tu vida, nunca lo fui. Soy una persona horrible, alguien que no merece ser amado. Jamás te diste cuenta de lo innecesaria que era yo en tu vida, aunque lo puedo comprender… a veces apreciamos cosas que no tienen valor alguno, cosas que nos dañan hasta los huesos y sin embargo las amamos sin saber el deterioro que nos concibe.
Por mas de que yo te halla amado sin jamás haber merecido el don de querer, no lo merecías, no me necesitabas, podrías ser feliz hoy. Fuiste mi ángel, mis ganas de vivir, mis ganas de llorar, mis ganas de sentirte todo el tiempo y sin embargo no debiste serlo.
Esta noche me siento mal, triste, avergonzada y culpable. Te suplico me perdones por molestarte una vez mas, pero esta vez debo ser sincera.
Cuando nos conocimos me fascinaste, tu voz, tu piel, tus ojos, tu mente. Turbaste mis sentidos y no me dejaste respirar. Me hiciste enojar mucho. Antes de conocerte me prometí a mi misma dejar de sentir. El amor siempre termina en un húmedo parpadeo que anuda mis entrañas y jamás quise volver a entrar en ese laberíntico sentimiento cuya entrada y salida dan ambas al abismo. Jure vengarme de quien me enamorara, si es que alguien se atrevía a hacerlo, pues no quería sepultar a mi alma ya muy lastimada otra vez.
Cuando nos conocimos me empujaste al laberinto y me abandonaste perdida en el. Si hubieras sentido lo que yo me entenderías. Desesperada por mi furia, atontada por tu ser y muy pero muy drogada decidí cumplir mi promesa.
Si, fui yo quien te puso donde estas. Amase mi venganza y la perpetre con placer. Tal como una receta de cocina cometí mi pecado, paso tras paso que seguí a la perfección sin haberlo meditado y tambaleado sobre mis hombros ejecutaba mi próspero error. Pero quiero que sepas que todo esto lo hice por amor, fui yo la mas damnificada después de todo. No quería que nos separemos y que nuestra historia se convierta en una vulgar anécdota. Por eso no dije nada hasta ahora y solo te lo digo a vos. No quería ser un nombre en una lista, o una charla de borrachos, ni siquiera quería ser un poema desconsolante.
Ahora que ves mi vida desde un mejor ángulo podes saberlo, te ame como a nadie y hoy se mas que nunca que no hay veneno ni antídoto para eso. Aquella noche envenene tu vaso de vino por intentar purificar mi alma. Desde aquella noche mi alma se volvió mas turbia. Es imposible para mí compensar lo que hice y merezco vivir con la culpa y con la conciencia repulsivamente sucia por el resto de mi vida. Ya no tengo ganas de vivir pero me da vergüenza matarme y reencontrarme con vos, no tengo las agallas como para enfrentarte. Estoy condenada a tener una vida errante y te imploro me destruyas con maldiciones o lo que sea que tengas allá arriba. Merezco tu castigo, merezco la vergüenza y merezco no tenerte más a mi lado.
Cuando moriste, morí yo también y sigo muriendo todos los días; y como dije antes, si no fuera por mí culpa hoy serias feliz…si estuvieras vivo.


Tu Bella Durmiente

domingo, 1 de julio de 2007

Silencio

El eco mudo e inalcanzable
anula mi sentido y mata.
Mata partes de mi mente,
De mi noche, de mi presencia
De mi fluir,
Mata partes de mi alma

El silencio asusta
Se acerca y se apodera
Del estallar de mis dedos
sobre la pared

Me destruye, me ama
Me persigue, me envenena…
Vuela cerca y nunca es respuesta
se aleja y mi mente cae
lacerada como siempre
En el estribillo de mi conciencia…

Silencio es mi pesar, es pereza
es el aliento impaciente de la muerte
que pacientemente espera.
silencio es temor, es soledad, es sueño
silencio es el tic tac de un reloj sordo
que cansado de cantar
ruega por una respuesta.

He descubierto en tu mirada.

he descubierto en tu mirada
el sueño de los astros
que tiemblan al ver tu nombre

he visto dentro de mis luces
que perpetuamente desgarran
el desastre de tu protegida esencia

comer de tus poros belleza
y tragar de tus besos parte de tu alma
dejar de mi la hostil avaricia
que contiene poder en mi adormecida garganta
y me mata por largos instantes
el devenir de tu conciencia

desgarrada el alma que me opera
que demuele mis virtudes
en racionales incongruencias

Poema Sin Nombre

Temor, ¿Por qué me hiciste olvidar?
Las olas ya no lloran por el mar.
Borraste de mi mente los minutos
Que volvían de después.

Jamás pensé que todo iba a cambiar
Las fotos se arruinaron
Y la lente se rompió
Ahora busco en la mirada de la gente
Lo que nunca me importó

El dolor me abandonó en un sueño
Ya no puedo despertar
Las sabanas no aguantan tanto llanto
La sangre no es tan fácil de borrar.

Amor ¿Qué me hiciste prometer?
No tengo tanto para dar
si no me saco algo de mi.

Y vos, que no dejas que nada salga mal,
el odio no te deja de violar.
El boleto que compraste
Te dejo del otro lado.

Deja de pensar que tus mentiras son verdad
¿No te das cuenta que nadie quiere
escuchar tu voz?
Toma del filo de ese vaso
Algo de honor,
y preguntáme si voy a volverte a amar.
Voy a decir que no.

Quiero decirte que te amo. Creo que definir un sentimiento es lo más difícil.
Quiero decirte que te extraño cuando te vas, al punto de alargar los días que no estas observando el reloj que se detiene cada vez que lo veo.
Creo que no debería ser así, creo que a vos no te pasaría ni te pasa lo mismo. Ya no me importa, aprendí a vivir con eso. Aprendí a conformarme con una mirada fría que debería ser acogedora, aprendí a escuchar las palabras que más dolor causan y a no juzgarlas sino a creer que son solo palabras, sin ningún significado intencional, sino consecuencia de tu falta de tacto al hablar. Aprendí a dejarte ir, a que me dejes ir, a que quieras que me vaya.
Fui infeliz mucho tiempo, pero me di cuenta mucho después de que no había manera de cambiar la realidad. Deje de tener impulsos, me convertí en lo siempre quisiste que sea. Un ser inerte, que no piensa, que no sueña, que no ama a borbotones sino de a gotas, que dice lo justo, que pretende poco y que no muere de dolor cuando se siente incomprendido. Humana, tal vez muy poco, tal vez demasiado. Pero humana al fin, no una criatura salvaje e indisciplinada que no distingue mas allá de sus instintos, que hace y después piensa. No.
Creo que mi esclavitud voluntaria no fue mas que una perdida de tiempo. Una lastima. Siempre creí que el amor no tiene límites ni barreras, ni razones, ni cordura. Creía que el amor era un sentimiento inocente, animal, intenso, absorbente, un sentimiento que se mostraba delante de una enorme e incontenible locura; que cuando el amor desaparecía, la locura terminaba de romper los corazones hasta convertirlos en cenizas, y que detrás de esa locura solo la muerte es hábil para esconderse. Siempre creí que no había nada mas fácil para la muerte que ajusticiar un corazón devastado; no habría suplicas que escuchar, ni deseos por cumplir, ni ilusiones para contradecir.
Porque el dolor hace la vida más frágil. El dolor enseña a no tener miedo a nada, pues no hay nada que perder. El dolor enloquece, la locura mata y el amor no existe.

Moriré cualquier dia.

Moriré un día de lluvia, el día que no quieras verme, el día que mi sangre se hospede en blanca espera debajo de la noche acuosa, encima de tu sien.
Moriré y seré en los días de sol, tormenta. Seré el ricon de quienes lloran, seré el suspiro agonizante de quienes aman a las piedras.
Moriré y seré en ti una foto, una carta y un millón de malas presencias. Seré la peste en tu conciencia. La esclava de tu bondad.
Moriré y serás mi cuerpo, serás mis ojos demolidos serás la tierra en la que reposa el cuerpo que adorabas por instantes. Serás el alma fiel tendida en dolor que causaste.
Moriré sin que repares pues marcaste este día con fuego en mi memoria. Este día cualquiera en que no quisiste besarme.
Recuérdame cuando en tus labios crezcan espinas, cuando escuches palabras amor, palabras mías, cuando suspires y te engañes, sabrás que yo me engañe antes, pues ya estaré muerta y como dije, moriré cualquier día.